A través de las manos de una amiga me llega un pequeño libro de poemas, pequeño por la cantidad de páginas, y por la íntima sensibilidad, casi a escondidas de las grandes luces y los temas abstractos de algún tipo de poesía. Estoy hablando de "El muchacho de los helados y otros poemas" de Bossi, autor porteño nacido en 1963. Momentos de la infancia y la pubertad y el despertar a un mundo de sensaciones deslumbrantes y sensuales que nos llegan con la claridad de las siestas de verano. Imperdible.
"No hay que confiar en las apariencias, aunque sin ellas
no se pueda vivir.
Yo, por ejemplo, parecía un niño muy pobre.
Me vestía con la ropa qe habían juntado
los vecinos del barrio
o las señoras (incansables) que trabajan
en la cooperadora de la escuela.
Parecía que no tenía dónde caerme muerto, y sin embargo
yo te tenía a vos.
Era un oro terrible, y muy codiciado
que no me dejaba respirar."
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