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Indicios e informantes


Dentro de las funciones de naturaleza integradora, Barthes distingue a los indicios y a los informantes que son unidades semánticas en tanto (a diferencia de las distributivas que remiten a una operación y a la funcionalidad del hacer) remiten a un significado y a la funcionalidad del ser. Las llama integrativas porque para que adquieran sentido deben integrarse en el nivel de las funciones cardinales (los núcleos), en otro nivel. Que se diga cómo es un personaje o se proporcione un dato duro sobre él (informante) o que se infiera cómo es a partir de un indicio puede tener sentido en el nivel de las funciones nucleares: alguien astuto puede ser el que descubrirá lo que sucede, logre engañar a otro, salga airoso de una situación complicada; alguien que se presente como débil puede ser el engañado, el que quede entrampado.
Los indicios proveen de datos de significado implícito que es preciso interpretar, tal como los que remiten, por ejemplo, a la psicología de un personaje, clase social. Son datos que es preciso descifrar, requieren trabajo de inferencia, no están explícitamente dados, tienen siempre significados implícitos.

Los informantes, en cambio, son datos puros que brindan dan información sobre el tiempo y el espacio, tal como la edad de un personaje, oficio, lugar en el que se encuentra.
A diferencia de los relatos tradicionales, que son marcadamente funcionales —la acción avanza y es apenas interrumpida por descripciones de lugares o personajes—, en los relatos contemporáneos aparecen frecuentemente indicios que caracterizan, sobre todo, la psicología de los personajes y exigen, de ese modo, en tanto no son datos puros como los informantes, una mayor participación del lector en la actividad de interpretativa. La mayor presencia de indicios construye personajes de mayor riqueza psicológica, de conductas más imprevisibles.
Las catálisis, los indicios y los informantes tienen un carácter común. Son expansiones (duplicaciones, rellenos, encubrimientos). Las catálisis aceleran, retardan, dan impulso al discurso, despistan. La catálisis despierta la tensión semántica del discurso.